Osvaldo fue un hombre de palabra
firme y mirada serena. Un dirigente que entendía la política no como un medio,
sino como un fin en sí mismo: el fin de mejorar la vida de los demás. Desde su
banca como legislador hasta su papel como presidente de la Cámara de Diputados
de la provincia de Buenos Aires —cargo que desempeñó con honor y convicción
durante dos periodos—, supo tender puentes donde otros construían muros. Y lo
hizo siempre con una humildad que lo distinguía en cada acto público, en cada
visita al interior de la provincia, en cada encuentro con la gente.
Mi cámara fue testigo de todo
eso. De los discursos apasionados y los silencios reflexivos. De los gestos
espontáneos, de los abrazos sinceros, de las caminatas largas por pasillos
cargados de historia. Capturar a Osvaldo no era solo retratar a un político:
era tratar de atrapar en una imagen el espíritu de un hombre comprometido con
su tiempo.
Esta página es también un
homenaje a esa humanidad que tantas veces quedó fuera del foco mediático, pero
que todos los que lo conocimos pudimos ver con claridad. Osvaldo era, ante
todo, un ser humano noble, un amigo leal, un padre y esposo presente, y un
compañero de ruta que nunca perdió el norte.
Espero que esta web sirva para
que las nuevas generaciones conozcan no solo al dirigente, sino al hombre. Y
que quienes lo recuerdan, puedan volver a escucharlo en su memoria, como yo
todavía lo escucho en cada imagen que conservo de él.
Eduardo Finocchi / Fotógrafo / Ex Jefe del Dpto. Fotografía de la HCD